El poema de Gilgamesh, la primera epopeya de la historia
El poema de Gilgamesh es el primer relato épico registrado de la historia. Su protagonista, es un legendario rey guerrero, personaje de la mitología sumeria. La lista real sumeria, lo ubica a Gilgamesh como el quinto rey de la primera dinastía de la capital mesopotámica de Uruk, en algún momento entre 2700–2500 a. C.
Real o no, Gilgamesh fue el héroe de la primera historia épica de aventuras registrada. Sus andanzas se relataron desde Egipto hasta Turquía, desde la costa mediterránea hasta el desierto de Arabia por más de 2,000 años.
Gilgamesh en la mitología babilónica
Los primeros documentos sobrevivientes que se refieren a Gilgamesh son tabletas cuneiformes que se encuentran en toda Mesopotamia y que se hicieron entre 2100 y 1800 a. C. Las tabletas escritas en sumerio describen eventos en la vida del héroe que luego se tejieron en una narración. Las investigaciones afirman que los cuentos sumerios serían copias de composiciones más antiguas. Y pertenecerían a la corte de la tercera dinastía de Ur (S.XXI a. C.), que pregonaban ser descendientes de Gilgamesh.
La primera evidencia como narrativa probablemente fue compuesta por escribas en las ciudades de Larsa o Babilonia. En el siglo XII a. C, la epopeya de Gilgamesh se extendió por toda la región mediterránea. La tradición babilónica dice que el exorcista Sîn-lēqi-unninni de Uruk fue el autor del poema de Gilgamesh llamado, alrededor del año 1200 a. C.
Una copia casi completa se encontró en 1853 en Nínive, Iraq, en parte en la Biblioteca de Asurbanipal. Se encontraron copias y fragmentos de la epopeya de Gilgamesh desde el sitio hitita de Hattusa en Turquía hasta Egipto, desde Meguido en Israel hasta el desierto de Arabia. Estos fragmentos del cuento están escritos de diversas maneras en sumerio, acadio y varias formas de babilónico, y la última versión antigua data de la época de los seléucidas, los sucesores de Alejandro Magno en el siglo IV a. C.
Epopeya de Gilgamesh
Al comienzo de la historia, Gilgamesh es un joven príncipe en Warka (Uruk). Famoso por su afición a las caricias y perseguir mujeres. Los ciudadanos de Uruk se quejan con los dioses, que juntos deciden enviar una distracción a Gilgamesh en forma de una gran criatura peluda, Enkidu.
Ambos luchan en un combate muy parejo que termina sin vencedor. Enkidu reconoce al héroe babilonio como rey y se vuelven amigos. Juntos emprenden un viaje a través de las montañas hacia el Bosque de Cedros, donde vive el monstruo Huwawa o Humbaba. Con la ayuda del dios del sol de Babilonia, Enkidu y Gilgamesh derrotan y matan a Huwawa. Pero los dioses exigen que se sacrifique a Enkidu por las muertes.
Enkidu muere, y su amigo, desconsolado, llora junto a su cuerpo durante siete días, con la esperanza de que cobre vida nuevamente. Sin embargo, Enkidu no revive, Gilgamesh realiza un entierro formal para él y luego promete que se volverá inmortal. El resto del cuento se refiere a esa búsqueda.
Buscando la inmortalidad
Con esa promesa nuestro héroe parte en busca de la preciada inmortalidad. Tiene muchas aventuras hasta que llega a la casa del sabio Utnapishtim, que junto a su esposa los dioses salvaron del gran diluvio universal y concedieron la inmortalidad.
Utnapishtim, quien después de contar los eventos del gran diluvio, finalmente le dice al héroe mitológico que, si puede dormir durante seis días y siete noches, obtendrá la inmortalidad. Gilgamesh se sienta y se duerme instantáneamente durante seis días.
Utnapishtim luego le dice que debe ir al fondo del mar para encontrar una planta especial con poderes curativos. La planta tenía la habilidad de devolver la juventud a su portador. Gilgamesh es capaz de encontrarla, pero luego de tomar un baño, una serpiente la roba y la usa y puede mudar su vieja piel y renacer.
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El héroe llora amargamente y luego abandona su búsqueda y regresa a Uruk. Cuando finalmente muere, se convierte en el dios del inframundo. Ahora sería un rey perfecto y juez de los muertos que lo ve y sabe todo.
En la forma más común de la historia, Gilgamesh es un príncipe, hijo del rey Lugalbanda (o un sacerdote renegado) y la diosa Ninsun (o Ninsumun).
Aunque fue un joven salvaje al principio, durante su epopeya, Gilgamesh persigue una búsqueda heroica de la fama y la inmortalidad y se convierte en un hombre con una enorme capacidad de amistad, resistencia y aventura. En el camino también experimenta una gran alegría y tristeza, así como fuerza y debilidad.
Gilgamesh en la cultura moderna
La epopeya de Gilgamesh no es el único relato mesopotámico sobre un rey mitad humano y mitad dios. Se encontraron fragmentos de epopeyas sobre varios reyes, como Sargón de Agade, Nabucodonosor I de Babilonia y Nabopolasar de Babilonia. Sin embargo, el poema de Gilgamesh es el primero en ser registrado. Se cree que los puntos argumentales, los aspectos heroicos e incluso las historias completas sirvieron de inspiración para el Antiguo Testamento de la Biblia, la Ilíada y la Odisea, las obras de Hesíodo y Las mil y una noches.
El poema de Gilgamesh no es un documento religioso. Es una historia de un héroe históricamente débil que interfirió y fue custodiado por varios dioses y diosas. Una historia que evolucionó y fue bordada durante su existencia de 2.000 años de antigüedad.