¿Albert Einstein creía en Dios? ¿Religioso, ateo o deísta?

Albert Einstein habló mucho sobre Dios. Su pensamiento sobre él fue una pregunta recurrente que tenía que contestar en sus conferencias. Lo mencionaba tan frecuentemente en su física, que, su colega y amigo Niels Bohr, una vez lo reprendió por decirle constantemente a Dios lo que podía hacer. Pero, ¿Einstein creía en Dios? Algunos afirman que sí, mientras que otros lo niegan rotundamente.

Incluso hay registros de algunas célebres frases de Albert Einstein sobre Dios que hasta el día de hoy ocasionan debate en la comunidad religiosa y atea. Algunos ejemplos de ellas:

El azar no existe; Dios no juega a los dados (En relación a la mecánica cuántica)

Ahora sé que hay un Dios en el cielo (Luego de asistir a un concierto de la Orquesta Filarmónica de Berlín)

Creo en el Dios de Spinoza, quien se reveló así mismo en la armonía de todo lo que existe. No en el Dios que se esconde tras la fe y acciones de los hombres (Cuando le preguntaban si creía en Dios)

Detalles como las dos primeras frases convencieron a millones de personas religiosas que el físico más importante del siglo XX era un fiel creyente. La verdad es que están equivocados. El año pasado salió a subasta una carta que fue bautizada como la Carta de Dios, valorizada en más de 2,5 millones de euros, escrita por el físico y dirigida al filósofo judío Eric Gutkind. Einstein había leído su libro Choose Life: The Biblical Call to Revolt. En aquel escrito Gutkind se refiere a la Biblia como una forma de llamado a las armas y muestra a Israel y el judaísmo como entidades incorruptibles.

Albert Einstein contrario a estas ideas, escribió esa carta de dos hojas expresando su opinión. A continuación, lo más resaltante:

La palabra Dios no es para mí nada más que la expresión y el producto de las debilidades humanas. La Biblia es una colección de leyendas honorables, pero aún primitivas que, sin embargo, son bastante infantiles.

Esta frase es contundente y para los más informados no dice mucho la verdad. Se sabe que desde la adolescencia, Einstein descartó las creencias bíblicas. Nunca asistió a servicios religiosos ni rezó. No le gustaba el misticismo. No podía concebir un Dios que castigara y recompensara a las personas (en parte porque era un determinista minucioso). En repetidas ocasiones se distanció de la idea de un Dios personal. Rechazó una tradición de entierro judío. En general, no muy religioso.

Pero alto ahí ateos, no canten victoria aun. Einstein fue una celebridad popular por su su disposición a hablar de Dios tanto como de física. Frecuentemente se le pedía en privado y en público su manifestación de sus creencias religiosas. Según su respuesta, podemos decir que parecen ser deístas.

Cuando se le preguntó que definiera a Dios, contestó:

No soy ateo y no creo que pueda llamarme panteísta

Al rabino Herbert Goldstein de las Sinagogas de Nueva York le dijo lo siguiente:

Creo en el Dios de Spinoza, quien se revela así mismo en una armonía de lo existente.

Este no era el Dios personal de las religiones abrahámicas, pero tampoco era el “Dios” idiomático del ateísmo. De hecho, Einstein varias veces dijo que no era ateo e incluso se ofendió por ser etiquetado como tal. En una cena de caridad durante la guerra en 1940, comentó:

Todavía hay personas, que dicen que no hay Dios. Pero lo que realmente me enoja es que me citan para apoyar tales puntos de vista. Hay ateos fanáticos cuya intolerancia es del mismo tipo que la intolerancia de los fanáticos religiosos.

Para concluir, entonces ¿Albert Einstein creía en Dios? Lamentablemente el físico ofrece poco consuelo a cualquiera de las partes en este debate. Su religión cósmica y su distante Dios deísta de orden y elegancia cósmicos no encaja ni en la agenda de los creyentes religiosos ni en la de los ateos tribales. Como tantas veces durante su vida, se negó y perturbó las categorías aceptadas.